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CÓMO LIDIAR CON UN EMPLEADO QUE SIEMPRE LLEGA TARDE

Si has creado un negocio y deseas tener éxito, lo que necesitas a tus espaldas es un equipo humano fuerte y apasionado. Esto significa que los empleados que fiches son la clave. Uno de los problemas más comunes con que los propietarios y gerentes de negocios se topan y que impacta en la efectividad de la compañía es la falta de puntualidad de los empleados. Aunque los gerentes cuentan con que los miembros del personal ocasionalmente llegarán tarde, si este hecho comienza a convertirse en un hábito, entonces se deben de tomar medidas para proteger a la compañía y mejorar la ética de trabajo en el equipo.

¿Por qué necesitas lidiar con un empleado que siempre llega tarde?

Como gerente, esperas que los miembros del personal lleguen tarde de vez en cuando, que su tren se demore, que su automóvil se haya averiado, que hayan tenido una emergencia personal, cualquiera que sea la causa de la tardanza, los directivos aceptan que la vida es imprevisible. Sin embargo, no pueden aceptar una situación en la que un empleado llegue tarde continuamente al trabajo, simplemente porque esta aceptación solo empeorará la situación. Si observas que un miembro del personal está llegando tarde al trabajo, esto se debe tratar en consecuencia, de lo contrario, el empleado en cuestión puede pensar que esto no es un problema y comenzar a llegar más tarde aún. Además,  puede incluso ocurrir que otros miembros del personal consideren el por qué se están molestando en llegar a tiempo al trabajo, lo que empeora de forma exponencial la situación. El problema puede no terminar ahí, el personal puede relajarse más con las reglas de la compañía y puede que la calidad general del trabajo y la ética laboral del equipo disminuya.

Al final del día, los gerentes pagan a su personal por su tiempo para garantizar que todo el trabajo pueda completarse, por lo tanto, si un empleado llega tarde, está robando el tiempo efectivo de la empresa. Además, la tardanza del empleado puede causar tensión con otros colegas, ya que los miembros del equipo que trabajan con él pueden acabar teniendo que asumir su trabajo para cubrirlo, causando resentimiento y mal ambiente. Los equipos trabajan de manera más efectiva cuando trabajan en estrecha colaboración y se comunican bien, por lo que la eficacia general del equipo puede verse comprometida

1. Identifica la conducta.

Es comprensible si un empleado tiene una razón legítima para llegar tarde de vez en cuando. Los accidentes de tráfico suceden, el clima interviene, los niños enferman. La vida sigue y ocasionalmente surgen problemas inesperados. Lo que no es aceptable es un empleado que llega tarde la mayor parte del tiempo por sistema. Cuando un miembro del personal constantemente llega tarde, esencialmente no está respetando su tiempo, ni el tuyo. Es entonces cuando debes decidir si el comportamiento de tu empleado es digno de perdón o hay que tomar medidas.

2. Sé proactivo.

No permitas que la situación se alargue tanto como para tener que intervenir con enojo. Recuerda, estás cansado del comportamiento, no de la persona. Intenta no perder la calma. Es contraproducente usar lenguaje grosero o amenazar a un empleado. Trata con la situación tan pronto como veas surgir un patrón; luego sé proactivo. Programa un momento para hablar y abordar el problema individualmente. Lleva la documentación que refleja los retrasos a la reunión y pregúntale qué es lo que le impide llegar al trabajo a tiempo.

3. Trasmite tu ‘decepción’.

Es un truco que probablemente tu madre usó contigo cuando eras niño. La mayoría de las personas tienden a sentirse desilusionadas cuando alguien al que respetan está decepcionado con ellas. Cuando un miembro del equipo no cumple con un compromiso, explicale las consecuencias de sus acciones. Si llega tarde a una reunión con un cliente, dí algo como: «El cliente esperó diez minutos a que llegaras. Tuve que pedirle a Pedro que te reemplazara «. Quizás el empleado no se dé cuenta (aunque debería) de que su comportamiento también afecta a sus compañeros de trabajo.

4. Elabora un plan de acción.

No te apresures. Las demoras excesivas de un empleado pueden deberse a un problema médico u obligaciones familiares que no conoces. En ese caso, es posible que desees hacer una excepción y sugerir una hora de inicio posterior o un horario de trabajo más flexible.

5. Respeta la privacidad de la persona.

Siempre trata de tener ‘discusiones’ en privado, especialmente cuando sea necesaria una acción disciplinaria. Si te enfrentas a un empleado en público, es más probable que se sienta avergonzado, humillado o reaccione a la defensiva. Explica tus preocupaciones, cita ejemplos específicos y luego solicita opinión. Permite que el empleado absorba lo que ha dicho y responda. Practica la escucha efectiva. Tu empleado será más propenso a respetar un enfoque justo, honesto y directo.

6. Describe claramente las consecuencias.

Desarrolla una política que aborde las consecuencias de la tardanza. Por ejemplo, si tu empleado ocasionalmente llega tarde, pídele que recupere ese tiempo. Si llega tarde constantemente, puedes optar por emitir una advertencia por escrito o disminuir cualquier bonificación que reciba. Si el comportamiento afecta el resultado final o empaña una relación con el cliente, es posible que debas de tomar medidas más serias.

7. Usa el refuerzo positivo.

Reforzar el cambio a través de la alabanza. Cuando notes que un empleado ha cambiado su comportamiento de manera positiva, dílo. Tu simple reconocimiento le hará saber que está en el camino correcto y también le mostrará que aprecias sus esfuerzos. Te sorprenderás de cómo algunas palabras amables recorren un largo camino.

Fuentes: naturalhr, entrepreneur.com.

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